TEXTO
8
16
de julio
No
soy más que un peregrino que vaga por el mundo. ¿Eres tú
diferente?
18
de julio
¿Adónde
deseo ir? Te lo diré con confianza. Estaré aquí unos 15 días y
luego haré creer que deseo visitar las ruinas de ***, aunque en
realidad no hay nada de ello; sólo quiero acercarme a Carlota, ésa
es la verdad. Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por
hacer lo que él quiere.
29
de julio
No,
¡todo está en orden! ¡Todo está de maravilla! ¡Yo, su marido!
¡Oh, Dios mío, si me hubieras destinado tanta dicha, mi vida sólo
habría sido una adoración continua! No quiero discutir. Perdóname
las lágrimas; perdóname los deseos ilusorios. ¡Ella mi esposa!
¡Estrechar en mis brazos a la criatura más peregrina que vive bajo
el Sol! Un temblor mortal se apodera de mí, Guillermo, cuando
Alberto se permite ceñir con su brazo su cintura pequeña.
¿Y
me atreveré a decirlo? ¿Por qué no? Sí, amigo mío, ella había
sido más feliz conmigo de lo que es con él. ¡Oh! No es hombre
propicio para satisfacer todos los anhelos de un corazón como el de
ella. Carece de cierta sensibilidad, no tiene… ¡Tómalo como
quieras! Su corazón no simpatiza con los nuestros al leer el pasaje
de un libro querido, en que el mío y el de Carlota se unen y laten
al mismo tiempo juntos, ni en otros cien casos en que llegamos a
decir nuestros sentimientos sobre la acción de un tercero. Pero,
Guillermo, ¿es verdad que él la ama con toda el alma y que no
merece semejante amor? Un hombre insoportable ha venido a
interrumpir. Mi llanto se ha agotado. Estoy trastornado. Adiós,
amigo.
J.W.GOETHE:
Las
desventuras del joven Werther
- Exponga el tema del fragmento y relaciónelo con la obra a la que pertenece (3 puntos)
- Analice las características formales del texto: técnicas narrativas y recursos expresivos (3 puntos)
- Exprese su valoración personal del texto y comente la modernidad de la obra (4 puntos)
1.
Exponga el tema del fragmento y relaciónelo con la obra a la que
pertenece.
El
texto recoge las reflexiones de Werther acerca del futuro de su
relación con Carlota. Tras abandonar su trabajo con el embajador,
Werther deambula sin un propósito definido, hasta reconocer que su
verdadero deseo es acercarse de nuevo a Carlota. El posterior
reencuentro desencadenará el trágico desenlace de la obra.
Las
dos primeras cartas, muy breves, expresan la desorientación de
Werther, la falta de sentido en su vida más allá de su amor por
Carlota: No
soy más que un peregrino que vaga por el mundo.
Pese a la contradicción entre su deber y sus sentimientos, Werther
asume que será incapaz de apartarse de Carlota, que acabará por
ceder y por reunirse de nuevo con ella.
La
tercera carta, más extensa, está fechada unos días más tarde. En
ella Werther parece haberse al fin decidido por volver a Wahlheim.
Imagina lo que podría haber sido un futuro con Carlota, cuyo amor
merece más que Alberto. Ve sus propios sentimientos hacia Carlota
más puros y profundos, al tiempo que se considera un alma gemela de
la joven. De nuevo la lucha interior entre sus sentimientos y su
deber, entre su amor por Carlota y la lealtad a ella misma y a
Alberto. No obstante, comienza a vislumbrarse un cambio fundamental
en la actitud de Werther, que presidirá su relación con el
matrimonio en este segundo libro: por encima de su anterior amistad,
empieza a ver en Alberto un rival.
El
tema fundamental del texto es la obsesión amorosa / locura por amor.
Ideas
secundarias: envidia contra el prometido de su amada, sentimentalidad
atormentada, idealización de la amada
el
amor. Son abundantes las expresiones de los sentimientos de Werther,
en especial en la tercera carta: Werther encarna la concepción
romántica del amor, entendido como un sentimiento que en su máxima
expresión está al alcance sólo de unos pocos privilegiados. El
amor es un don, próximo al concepto mismo de “genio”, y el
verdadero enamorado es un ser superior, un héroe generado por la
fuerza misma de sus sentimientos. Así, la felicidad que conlleva el
amor es absoluta: …
si me hubieras destinado tanta dicha, mi vida habrá sido una
adoración continua!.
Pero también es absoluto el dolor que ocasiona: Mi
llanto se ha agotado.
En cualquier caso, el amor es una fuerza que arrastra al enamorado y
contra la cual no puede rebelarse:
Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él
quiere.
El
objeto del amor de Werther es Carlota, que representa en la obra el
ideal femenino del Romanticismo: bella, sensible, sencilla… Las
declaraciones de Werther son abundantes: ¡Estrechar
en mis brazos a la criatura más peregrina que vive bajo el sol!
El
obstáculo que se interpone entre Werther y su amada es Alberto,
primero prometido y luego marido de Carlota. La relación entre
Werther y Alberto evoluciona a lo largo de la obra: de la amistad y
el respeto iniciales pasa Werther a considerarlo como un rival,
inmerecedor además del amor de Carlota. Surge así otro de los temas
principales de la obra: el contraste entre pasión y razón,
entendidos no sólo como maneras de amar, sino también, y en un
sentido más amplio, como formas de vida. En el texto se observa cómo
esta lucha empieza a desarrollarse en el espíritu de Werther. Él
representa la pasión, el dominio de los sentimientos: Me
río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él
quiere.
Y desde esa posición se siente más próximo a Carlota de lo que
nunca podría estar Alberto:
¡… ella habría sido más feliz conmigo de lo que es con él!
Alberto es la razón, y por lo tanto está lejos de lo que Carlota
merece: No
es hombre propicio para satisfacer todos los anhelos de un corazón
como el de ella.
Alberto, a juicio de Werther –de Goethe-, no tiene la misma
sensibilidad – Su
corazón no simpatiza con los nuestros…-
que poseen él mismo y Carlota: …
el mío y el de Carlota se unen y laten al mismo tiempo juntos…
Precisamente
en relación a esa sensibilidad aparece un nuevo tema: el valor del
arte en relación a los sentimientos: el corazón de ambos late de
igual modo al
leer el pasaje de un libro querido.
Es la concepción romántica de arte en consonancia con el estado de
ánimo, completada con un valor similar de la naturaleza: ambos,
naturaleza y arte, reflejan y prolongan los sentimientos de los
protagonistas. El mejor ejemplo, fuera ya del texto, es el
paralelismo entre la traducción del poema de Ossián y la situación
de Werther y Carlota, al final del libro tercero.
De
manera muy general, pueden encontrarse en el texto referencias a otro
de los temas de la obra: el mal del siglo, encarnado en Werther,
permanentemente desencantado y desorientado en su vida. La temática
del libro se completaría con temas como la religión o el suicidio,
que no aparecen en el texto.
2.
Analice las características formales del texto: técnicas narrativas
y recursos expresivos.
Se
trata de un texto narrativo, aunque en este fragmento, como en la
mayoría de la obra, la historia de Werther se nos transmite no sólo
a través de la narración de acciones, sino a través de
explicaciones de sentimientos y descripciones. El propio Werther
expone sus intenciones y reflexiones acerca de sus sentimientos hacia
Carlota.Es, por tanto, un narrador en primera persona central: el
propio protagonista, que cuenta en sus cartas sus sentimientos y lo
que estos le provocan: No
soy más que un peregrino que vaga
por el
mundo,
comienza. Y concluye: Mi
llanto se ha agotado. Estoy trastornado.
La
elección de este tipo de narrador responde a la necesidad de que se
exprese con intimidad, y con un tono muy subjetivo: lo que cuenta es
para él una experiencia emotiva: ¡Yo
su marido! ¡Ella mi esposa!
Esto
hace aumentar la sensación de autenticidad y refuerza la
verosimilitud, dándole mayor credibilidad y acercándole más al
lector:
Werther,
como narrador, solo cuenta sus sentimientos y sus emociones, al
contrario que haría un narrador omnisciente que sabe lo que piensan
todos los personajes, no conoce lo que pasa por la mente de los otros
personajes que participan en la novela, aunque a veces por sus gestos
o sus reacciones intuye alguna cosa: Ella
habría sido conmigo más feliz de lo que es con él.
Goethe
construye el Werther
como una novela epistolar: simula ser una colección de cartas
escritas a su amigo Guillermo, a quien Werther comunica sus
decisiones y pide consejo. Frente
a Werther-narrador aparece Guillermo: él será el destinatario de
las cartas, asumiendo por tanto la función de narratario, con
presencia en el discurso de Werther en forma de segunda persona:
¿Eres
tú diferente?,
o vocativos: Sí,
amigo mío…,
Guillermo,
¿es verdad que él la ama…?
En
el tercer libro, Goethe emplea la técnica del narrador-editor, que
cuenta la historia en tercera persona a partir de los testimonios de
trozos de cartas de Werther o de los relatos de otros personajes: se
trata de un nuevo recurso narrativo que refuerza la verosimilitud del
texto, salvando el obstáculo que supondría el que Werther fuese
narrador de su propio suicidio y de su entierro.
La
novela está dividida en tres partes que se mencionan como Libro
primero, Libro
segundo
y El editor al lector.
El Libro
Primero
comprende las cartas escritas entre el 4 de mayo 1771 y el 10 de
septiembre de 1771. El Libro
segundo
comprende las cartas escritas entre el 20 de octubre de 1771 y el 6
de diciembre de 1772. El
Editor al Lector
incluye el relato del final de la relación entre Werther y
Carlota, además de sus últimas cartas, escritas en diciembre de
1772, así como la traducción del poema del supuesto autor Ossián,
titulado Songs
of Selma.
El texto recoge tres cartas escritas los días 16, 18 y 29 de julio.
Por las palabras de Werther se deduce que ha abandonado ya el trabajo
con el embajador y pretende retornar junto a Carlota. Por lo tanto el
relato se corresponde con el año 1772 y se sitúa en el Libro
segundo, en el periodo intermedio que trascurre entre el final de su
trabajo y su reencuentro con Carlota.
El
tiempo narrativo es lineal y la acción se desarrolla gradualmente.
El
tiempo en Werther
se presenta de forma discontinua, y los períodos de tiempo
transcurridos entre las cartas no son siempre semejantes; lo que
podría ser fruto del cambiante estado de ánimo de Werther: en el
texto se observa la pequeña separación temporal entre las dos
primeras cartas, que aumenta después hasta un periodo de once días.
En la tercera parte las referencias temporales iniciales precisas
desaparecen, cosa lógica porque ya no es el protagonista sino el
editor quien refiere los acontecimientos. Éste alude en el curso de
su relato a la progresión temporal de dichos acontecimientos.
El
lugar donde tiene lugar la mayor parte de la acción no tiene nombre,
aunque Werther dice, en la carta del día 26 de mayo, que ha
construido su cabaña a una legua de la aldea de Wahlheim, un pueblo
idealizado por Werther, cuyo entorno natural parece proporcionarle
una gran paz espiritual y motivar sus inquietudes artísticas. En
general, las localizaciones espaciales concretas son escasísimas,
debido a que se da más importancia al desarrollo de la acción que
al lugar donde se da la misma. En el texto se alude a las
indeterminadas ruinas
de
***,
aunque el verdadero “lugar” para Werther es aquél donde puede
reencontrase con Carlota, de la que está en este momento separado:
sólo
quiero acercarme a Carlota.
Frente
a los fríos modelos del Neoclasicismo de origen francés, el Sturm
und Drang estableció como fuente de inspiración el sentimiento en
vez de la razón y tuvo como modelos las obras de William Shakespeare
y Jean-Jacques Rousseau. Los románticos cultivan el concepto del
"genio": se atribuye al artista un don especial para la
creación, que depende más de una cualidad personal y congénita que
de la formación y la técnica que haya cultivado. El arte está en
el artista, y no en su trabajo y dedicación. Partiendo de esta idea,
el creador deja que fluya su arte sin ponerle trabas ni tratar de
darle forma. Por ello, las obras de esta tendencia son a menudo
irregulares, desiguales, e incluso, a veces, incoherentes o
inconclusas. En Werther
la unidad de estilo está bastante lograda, pero observamos que las
cartas del joven protagonista son a veces más extensas o más breves
de lo normal; en ocasiones se expresa con laconismo y otras se
muestra más locuaz. No olvidemos, además, el final del libro que
rompe con la técnica epistolar y el tono al que se nos ha
acostumbrado desde el principio de la obra.
En
el Werther
aparecen reflejados lo elementos más significativos de la exaltada
iconografía romántica y del Sturm
und Drang.
Sirven a este estilo recursos como las exclamaciones, exageraciones,
reticencias, preguntas retóricas, interjecciones y cierta tendencia
al retoricismo, a pesar del ideal de sencillez tantas veces expresado
por Werther.
Abundan
en el texto los ejemplos de estos recursos, con los que Werther
expresa tanto su lucha interior como su incertidumbre o la fuerza
misma de sus sentimientos:
- Interrogaciones retóricas: ¿Adónde deseo ir?, ¿Y me atreveré a decirlo?, ¿Es verdad que el la ama con toda el alma…?
- Exclamaciones: ¡Todo está en orden!, ¡Yo su marido!, ¡Ella mi esposa! ¡Oh, Dios mío…!
- Reticencias: Carece de cierta sensibilidad, no tiene…
- Hipérboles: ¡… mi vida sólo habría sido una adoración continua!, ¡…la criatura más peregrina que vive bajo el sol!, Un temblor mortal se apodera de mí…
Muestra
del retoricismo del libro se encuentran en el texto otros recursos
que completan un discurso nada sencillo desde el punto de vista
estilístico:
- Metáfora: No soy más que un peregrino que vaga por el mundo.
- Antítesis: Me río de mi propio corazón y al fin concluyo por hacer lo que él quiere.
- Paralelismo: Perdóname las lágrimas; perdóname los deseos ilusorios.
- Enumeración: Mi llanto se ha agotado. Estoy trastornado.
Otros
rasgos estilísticos del Werther presentes en el texto son: la
iconografía lúgubre, oscura, crepuscular - … deseo
visitar las ruinas de ***-,
y la presencia de elementos pasionales y sentimentales, que dominan
el léxico del texto: lágrimas,
dicha,
adoración,
temblor
mortal,
anhelos,
corazón,
amor,
sentimientos,
llanto…
- Comentario crítico
En
estas cartas, Werther se deja llevar por sus sentimientos depresivos
ante el amor no correspondido que profesa hacia Carlota. A mi
juicio, el gran acierto a la hora de expresar de cara al lector la
desesperación del protagonista radica en la espontaneidad con que se
despliegan los pensamientos del personaje, en los que se refleja la
ausencia de planificación del discurso por parte del
narrador-protagonista, de tal modo que el desequilibrio emocional de
Werther se nos da a entender en lugar de describirse directamente.
Otro rasgo que enriquece el estilo, al menos en mi opinión, es el
vocabulario accesible a cualquier lector y la preferencia por las
frases cortas, a través de las cuales se logra transmitir que la
mente de Werther enelaza pensamientos deslabazados en lo que está
ausente la reflexión lógica y reposada. También destacaría la
figura del narratario, del amigo al que se le escriben todas estas
cartas, que dota de verosimilitud al relato en tanto que los
pensamientos que formula Werther no son de cara a la galería sino
para que los lea una persona cercana a él. La figura de Guillermo
también sirve para justificar que alguien haya reunido todas las
cartas de Werther para formar un libro en el que se recoja su
historia.
En
el texto que se nos ha propuesto se plasma la deriva hacia la
depresión y el suicidio por parte de Werther, a quien desde un
principio hemos observado como alguien sumamente melancólico y con
una incapacidad extrema para sobreponerse a las frustraciones que le
supone que sus deseos, sobre todo amorosos, no se correspondan con la
realidad.
5.
En estas cartas, Werther se deja llevar
por sus sentimientos depresivos ante el amor no correspondido que
profesa hacia Carlota. A mi juicio, el gran acierto a la hora de
expresar de cara al lector la desesperación del protagonista radica
en la espontaneidad con que se despliegan los pensamientos del
personaje, reflejándose la ausencia de planificación del discurso
por parte del narrador-protagonista, de tal modo que el desequilibrio
emocional de Werther se nos da a entender en lugar de describirse
directamente. Otro rasgo que enriquece el estilo, al menos en mi
opinión, es el vocabulario accesible a cualquier lector y la
preferencia por las frases cortas, a través de las cuales se logra
transmitir que la mente de Werther enelaza pensamientos deslavazados
en los que está ausente la reflexión lógica y reposada. También
destacaría la figura del narratario, del amigo al que se le escriben
todas estas cartas, que dota de verosimilitud al relato en tanto que
los pensamientos que formula Werther no son de cara a la galería
sino para que los lea una persona cercana a él. Igualemente, la
figura de Guillermo sirve también para justificar que alguien haya
reunido todas las cartas de Werther para formar un libro en el que se
recoja su historia.
En el texto que se nos ha propuesto se
plasma la deriva hacia la depresión y el suicidio por parte de
Werther, a quien desde un principio hemos observado como alguien
sumamente melancólico y con una incapacidad extrema para
sobreponerse a las frustraciones que le supone que sus deseos, sobre
todo amorosos, no se correspondan con la realidad. La utilización de
oraciones cortas caracteriza el estado de ánimo poco reflexivo del
protagonista. Otro rasgo que destacaría en la caracterización del
personaje es el uso que Werther hace de símbolos tópicos para
referirse a su pasión amorosa (corazón, lágrimas), lo que nos da a
entender de manera implícita, y más efectiva por lo tanto, la
inmadurez afectiva que le impide aceptar la realidad en tanto que
ésta no colma sus deseos. Otro recurso sobre el que llamaría la
atención es el empleo de la función expresiva a través de los
signos de exclamación, que nos indica de manera sutil el estado de
ánimo exaltado del protagonista sin necesidad de echar mano de un
vocabulario exageradamente emotivo.
Pasando del plano de la expresión
formal al del contenido en ideas, Werther continúa siendo una obra
plenamente vigente en la actualidad por abordar, seguramente por
primera vez en la literatura occidental, el tema de la depresión
clínica y de las tendencias suicidas. Se trata de un problema médico
con mayor prevalencia en sociedades acomodadas en lo económico que
en los países más pobres. En cuanto a su relación con el suicidio,
se trata del factor que lo suele desencadenar con mayor frecuencia.
Aunque se trate de un asunto poco presente en los medios de
comunicación, en nuestro país mueren unas nueve personas al día
por suicidio; es decir, más que por accidentes de circulación. Creo
que el silencio respecto a la tragedia que supone que tantas personas
se quiten la vida a diario no mejora la situación, sino todo lo
contrario. Al igual que le sucede a Werther, que manda señales de
sus intenciones suicidas que no son atendidas aparentemente por la
gente que lo rodea, la mayoría de los suicidas suelen llamar la
atención de la gente que está cerca de ellos como petición de
ayuda antes de quitarse la vida. Creo que deberíamos concienciarnos
para estar atentos ante este tipo de situaciones para intentar ayudar
a evitar un final fatal para las personas con depresiones severas, y
no tratarlos como “bichos raros” sino ser consecuentes en nuestra
actitud hacia ellos con el hecho de que se trata de pacientes de una
enfermedad.
No se puede dejar de hablar de la
enorme influencia que Werther ha ejercido en la literatura y en las
demás artes. Se han escrito finales felices alternativos a la obra,
como el de Frierich. También se han escrito versiones desde el punto
de vista de Carlota, como la realizada por Thomas Mann. Pero más que
la trama de la novela, fue el carácter su protagonista lo que
impregnó a una gran cantidad de personajes de la literatura
romántica que Werther prácticamente inaugura. En el Romanticismo
español personajes como don Álvaro del Duque de Rivas en teatro, o
el Doncel de Don Enrique el Doliente de Larra en narrativa, beben del
modelo que supuso Werther durante todo el siglo XIX. Él éxito de
esta obra sobrepasó lo artístico y se extendió a lo social: desde
lo populares que se volvieron los chalecos amarillos como el que
vestía Werther, a la ola de suicidios que recorrió Europa, o la
admiración que levantó en personajes capitales de la época como
Napoleón.
En cuanto a la pintura, Werther ha sido
ilustrado en numerosas ocasiones. Seguramente, el ilustrador que
mejor haya sabido plasmar el espíritu de la obra sea Chodowiecki.
Sin nombrarlo directamente, cuadro como El salto de las rocas de Veit
Schnorr también plasman la esencia del conflicto interior de
Werther.
En lo referente al cine, varios
directores se han embarcado en la dificultosa aventura de plasmar en
imágenes y diálogos una historia que en su versión original
consiste principalmente de reflexiones por parte de un
narrador-protagonista. Las películas en cuestión son las realizadas
por A.Calmettes, M. Ophülus, K. H. Schroth y Pilar Miró.
Por último, querría recalcar que la
mayor influencia de Werther en el arte no se ha plasmado en obras que
se basen en su trama, sino en el carácter su protagonista, que se
convirtió en el prototipo de héroe romántico.