JULIETA
¡Oh, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres Romeo? Renuncia
a tu padre, abjura tu nombre; o, si no quieres esto, jura solamente
amarme y ceso de ser una Capuleto.
ROMEO (aparte.)
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¿Debo oír más o contestar a lo dicho?
JULIETA
Sólo
tu nombre es mi enemigo. Tú eres tú propio, no un Montesco pues.
¿Un Montesco? ¿Qué es esto? Ni es piano, ni pie, ni brazo, ni
rostro, ni otro algún varonil componente. ¡Oh! ¡Sé otro nombre
cualquiera! ¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa, lo mismo
perfumaría con otra designación. Del mismo modo, Romeo, aunque no
se llamase Romeo, conservaría, al perder este nombre, las caras
perfecciones que tiene. -Mi bien, abandona este nombre, que no forma
parte de ti mismo y toma todo lo mío en cambio de él.
ROMEO
Te tomo la palabra. Llámame tan sólo tu amante y
recibiré un segundo bautismo: De aquí en adelante no seré más
Romeo.
Preguntas:
- Exponga el tema del fragmento y relaciónelo con el resto de Romeo y Julieta.
- Analice los aspectos formales del texto.
- Exponga su valoración personal y comente la influencia de Romeo y Julieta en la cultura occidental
Esta
escena de Romeo y Julieta presenta la pasión amorosa irracional e
imprudente entre dos adolescentes inmaduros. Esta idea central, no ya
sólo de este fragmento sino de toda la obra, se plasma aquí a
partir de varios tópicos y tradiciones de origen medieval. En primer
lugar, nos encontramos con la polémica sobre si son más
importantes las palabras o las cosas. Julieta, personaje con mayor
riqueza de matices que Romeo, defiende la postura más actual (Tú
eres tú propio, no un Montesco). También aparece el tópico de la
religio amoris (la divinización de la amada): “Llámame tan sólo
tu amante y recibiré un segundo bautismo”. Por el contexto de la
obra, sabemos que esta escena se sitúa en el jardín de la casa
familiar de Julieta, una recreación del locus amoenus, el lugar de
belleza perfecta que realza la idealización que los dos chicos
realizan del amor a pesar de su corta edad. Todas las ideas que
acabamos de exponer se integran en la tradición del amor cortés, en
la que la mujer es tratada como un ser superior al que hay que
someterse. No obstante, hay un elemento que se aparta de esta
tradición, el hecho de que Julieta corresponda a los requerimientos
de Romeo. En realidad, se realiza una parodia del amor cortés a
través del comportamiento alocado e imprudente de los dos chicos,
que están llevando a la realidad lo que no era nada más que una
moda poética. Al mismo tiempo, y en contraste con lo anterior, se
recrea un tema de carácter universal: el amor imposible ante los
impedimentos externos contra los amantes, aunque ridiculizado en
parte por el carácter inmaduro de los personajes.
En
cuanto a la localización de este fragmento dentro de la obra, se
trata del primer encuentro entre los dos amantes en casa de Julieta,
después de haberse conocido en la fiesta de los Capuleto. Por lo
tanto, nos encontramos al principio del nudo después de que el
planteamiento de la trama se nos haya presentado tras el
enamoramiento a primera vista entre los protagonistas. Este primer
encuentro furtivo dará pie a otro cinco más, hasta concluir con la
muerte de ambos personajes.
Los
temas secundarios de Romeo y Julieta aparecen también en este
pasaje. El enfrentamiento entre familias rivales se refleja en el
hecho de que Julieta se refiera al apellido de su amado como un
enemigo. Esta trama de fondo de la hostilidad entre Capuletos y
Montescos determina que Romeo y Julieta constituya principalmente una
tragedia de destino más que una tragedia de carácter. En este
aspecto se establece una diferencia con otras tragedias de
Shakespeare, donde el carácter y las decisiones de los personajes
determinan el final desgraciado de los personajes: la ambición y la
sumisión a las opiniones de su esposa por parte de McBeth; el deseo
de venganza y las dudas de Hamlet, o los celos patológicos de Otelo.
4.
Estamos
ante un texto teatral con un evidente tono trágico. Se observa que
el amor es una fuerza que controla a los personajes por completo, tal
como se muestra en las hipérboles con que Romeo plantea su devoción
cuasi religiosa hacia Julieta (“Llámame tan sólo tu amante y
recibiré un segundo bautismo”).
Como
ya hemos comentado, aunque Romeo y Julieta constituya una tragedia de
destino más que de carácter, en este fragmento se observa que el
amor exacerbado entre los protagonistas también desempeña un papel
en el final desgraciado con que concluirá su historia.
En
cuanto al ritmo prosódico del texto, se han traducido en prosa los
pentámetros yámbicos blancos del original en inglés.
El
fragmento que estamos comentando se le puede aplicar el esquema de
planteamiento, nudo y desenlace:
- Planteamiento (hasta la línea 4): Julieta niega que el apellido de su amado determine que deba odiarlo como enemigo de ella.
- Nudo: Julieta reflexiona sobre la falta de correspondencia entre las palabras y los objetos, en esta caso personas, que designan.
- Desenlace: Romeo refuerza su amor hacia Julieta con las confesiones que acaba de escucharle.
Pasando
a las técnicas teatrales que se utilizan en estas líneas, hay que
destacar varios recursos. En primer lugar, una acotación señala un
aparte por parte de Romeo que sirve para que el público sepa que él
está oyendo a su amada sin que ésta sea consciente de ello. El
monólogo que pronuncia Julieta en su segunda intervención sirve
para expresar los sentimientos y reflexiones del personaje, aunque en
este caso también hace avanzar la trama, pues confirma a Romeo que
Julieta lo ama. El fragmento termina con una intervención de Romeo
que sí es escuchada por Julieta, es decir, se trata del diálogo en
estilo directo predominante en el teatro.
En
cuanto a la caracterización de los personajes, se plasma la riqueza
de matices con que se dibuja a Romeo y, sobre todo, a Julieta. Son
personajes redondos y dinámicos, que reflexionan sobre sus acciones
(tal como hace aquí Julieta) y evolucionan a lo largo de la obra.
Por ejemplo, el Romeo melancólico por amor del principio de la obra
se ha vuelto aquí un amante decidido dispuesto a renunciar a su
identidad familiar por tal de completar su pasión hacia Julieta.
Algo similar observamos en Julieta, que supera su carácter de
sumisión familiar para reafirmase en su amor hacia Romeo a pesar del
enfrentamiento entre sus respectivas familias.
En
lo que respecta al espacio escénico, Romeo se encuentra en un lugar
donde Julieta no puede observarlo, de tal modo que ella da rienda
suelta a hablar de sus sentimientos sin cortapisas. El lugar donde
tiene lugar la escena encierra también un significado implícito de
peligro y de transgresión, ya que los dos amantes se hallan en casa
de la familia de ella, de tal modo que Romeo se ha adentrado en el
hogar de sus más acérrimos enemigos. La tensión dramática queda
subrayada por el riesgo a que Romeo sea descubierto por los padres de
Julieta. En otro orden de cosas, el jardín de la casa es susceptible
de ser ambientado como una especie de edén que recree el tópico del
locus amoenus como símbolo de la idealización del amor que llevan a
cabo los protagonistas. Otro aspecto relevante es el tiempo, ya que
la escena se localiza en los últimos momentos de la noche, dotada de
un marcado valor simbólico como tiempo para la transgresión a
escondidas.
Pasando
a aspectos puramente lingüísticos, destaca la gran cantidad de
oraciones exclamativas e interrogativas, éstas últimas de carácter
retórico, ya que sirven para dar a entender enfáticamente la tesis
por parte de Julieta de que el nombre y apellido de Romeo no
convierten a su amado en enemigo de ella. También sirven para
plasmar el apasionamiento arrebatado de Julieta.
Tanto
Romeo como Julieta adpotan un lenguaje artificioso, con una gran
elaboración retórica. Aparte de las interrogaciones retóricas ya
comentadas, la metáfora “bautismo” expresa la devoción casi
religiosa hacia la amada, y Romeo exagera hiperbólicamente su amor
afirmado que perdería su identidad si su amada la amada le
correspondiera (“en adelante ya no seré más Romeo”). La
profundidad de los personajes se refleja en la complejidad de los
razonamientos de Julieta, que construye oraciones no sólo largas
sino con muchas proposiciones subordinadas.
En
suma, se trata de un texto con una elaboración lingüística y
retórica más que notable que contribuye no sóalo a caracterizar a
los personajes sino a mantener la tensión dramática.
5.
Estas
líneas reflejan el estilo típico de Shakespeare, con unos
personajes en medio de un destino trágico que utilizan un lenguaje
extremadamente culto y retórico pero estilizado con tanta habilidad
que caracteriza a los personajes con gran riqueza expresiva (mediante
la función expresiva de la lengua) pero sin apenas suponer un
obstáculo para que cualquier tipo de público disfrute con la
historia. De hecho, cuatro siglos después de su estreno, Romeo y
Julieta sigue siendo representada con frecuencia y han tenido éxito
películas que utilizan el texto original de Shakespeare sin apenas
modernización. Otro de los aciertos de la obra es la distribución
de la trama, de tal modo que se producen constantes efectos de
suspense. En este caso, los espectadores se preguntan si Romeo será
descubierto o no por la familia de Julieta, en cuya casa se ha
colado. Otro factor que mantiene la vigencia de la obra es el
carácter universal de las pasiones que mueven a los protagonistas.
El
tema del amor imposible y del destino trágico al que se exponen los
amantes que llevan su pasión más allá de lo prudente es una idea
presente a lo largo de toda la historia. En distintas épocas y
lugares han existido impedimentos de índole social o religiosa que
han impedido que dos personas de distinta posición puedan constituir
una pareja. Hoy en día, sigue produciéndose rechazo por parte de la
familia si uno de sus hijos pretende emparejarse con alguien de
distinta religión o con una posición social inferior. En algunos
casos, incluso se llega a repudiar al hijo, y sobre todo a la hija,
del círculo familiar. Es el caso de algunas interpretaciones
rigoristas del Islam, por poner un ejemplo. Dentro de nuestro país,
no son infrecuentes las situaciones en las que una familia rechaza a
un joven de origen inmigrante como yerno o nuera. No obstante, es
innegable que se ha ido construyendo una mayor tolerancia a este
respecto, y que nuestra sociedad se ha ido enriqueciendo con un
mestizaje creciente y con una mayor libertad a la hora de que los
hijos decidan su futuro sin imposiciones paternas. Sin embargo, ello
puede dar pie en ocasiones a decisiones inmaduras por parte de los
jóvenes, que en mi opinión no debería rechazar por sistema los
consejos de sus progenitores.
En
cuanto a la influencia de Romeo y Julieta, ha servido de modelo para
obras de prácticamente todas las disciplinas artísticas. En
literatura, Romeo y Julieta supone la culminación de una tradición
que parte del mito grecolatino de Hero y Leandro y se extiende a al
Siglo de Oro español con Castelvines y Monteses de Lope de Vega. En
pintura, numerosos cuadros han representado escenas de Romeo y
Julieta: Brown, Delacroix... En el ámbito de la música, la historia
de los dos amantes veroneses ha sido plasmada en obras de varios
estilos, de la ópera de Bellini, al ballet de Thaicovsky o una
canción de Dire Straits. Aunque la disciplina artística que ha
adaptado la obra de Shakespeare con más fidelidad ha sido
probablemente el cine. El carácter atemporal de la historia y de sus
protagonistas se demuestra por el hecho de que el público actual
disfruta no solamente con versiones de época e incluso los dos
jóvenes de Verona han pasado al imaginario popular como paradigma de
los amantes dispuestos a todo por tal de no renunciar a su amor como
la de Zefirelli, sino con películas ambientadas en la actualidad
como la de Luhrmann.
Por
último, querría destacar como muestra del carácter universal de
Romeo y Julieta que los dos jóvenes de Verona han pasado al
imaginario popular como paradigma de los amantes dispuestos a todo
por tal de no renunciar a su amor.