Preguntas 3 y 4 resueltas (comentario del texto 8)
Comentario crítico (pregunta 5)
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En estas cartas, Werther se deja llevar
por sus sentimientos depresivos ante el amor no correspondido que
profesa hacia Carlota. A mi juicio, el gran acierto a la hora de
expresar de cara al lector la desesperación del protagonista radica
en la espontaneidad con que se despliegan los pensamientos del
personaje, reflejándose la ausencia de planificación del discurso
por parte del narrador-protagonista, de tal modo que el desequilibrio
emocional de Werther se nos da a entender en lugar de describirse
directamente. Otro rasgo que enriquece el estilo, al menos en mi
opinión, es el vocabulario accesible a cualquier lector y la
preferencia por las frases cortas, a través de las cuales se logra
transmitir que la mente de Werther enelaza pensamientos deslavazados
en los que está ausente la reflexión lógica y reposada. También
destacaría la figura del narratario, del amigo al que se le escriben
todas estas cartas, que dota de verosimilitud al relato en tanto que
los pensamientos que formula Werther no son de cara a la galería
sino para que los lea una persona cercana a él. Igualemente, la
figura de Guillermo sirve también para justificar que alguien haya
reunido todas las cartas de Werther para formar un libro en el que se
recoja su historia.
En el texto que se nos ha propuesto se
plasma la deriva hacia la depresión y el suicidio por parte de
Werther, a quien desde un principio hemos observado como alguien
sumamente melancólico y con una incapacidad extrema para
sobreponerse a las frustraciones que le supone que sus deseos, sobre
todo amorosos, no se correspondan con la realidad. La utilización de
oraciones cortas caracteriza el estado de ánimo poco reflexivo del
protagonista. Otro rasgo que destacaría en la caracterización del
personaje es el uso que Werther hace de símbolos tópicos para
referirse a su pasión amorosa (corazón, lágrimas), lo que nos da a
entender de manera implícita, y más efectiva por lo tanto, la
inmadurez afectiva que le impide aceptar la realidad en tanto que
ésta no colma sus deseos. Otro recurso sobre el que llamaría la
atención es el empleo de la función expresiva a través de los
signos de exclamación, que nos indica de manera sutil el estado de
ánimo exaltado del protagonista sin necesidad de echar mano de un
vocabulario exageradamente emotivo.
Pasando del plano de la expresión
formal al del contenido en ideas, Werther continúa siendo una obra
plenamente vigente en la actualidad por abordar, seguramente por
primera vez en la literatura occidental, el tema de la depresión
clínica y de las tendencias suicidas. Se trata de un problema médico
con mayor prevalencia en sociedades acomodadas en lo económico que
en los países más pobres. En cuanto a su relación con el suicidio,
se trata del factor que lo suele desencadenar con mayor frecuencia.
Aunque se trate de un asunto poco presente en los medios de
comunicación, en nuestro país mueren unas nueve personas al día
por suicidio; es decir, más que por accidentes de circulación. Creo
que el silencio respecto a la tragedia que supone que tantas personas
se quiten la vida a diario no mejora la situación, sino todo lo
contrario. Al igual que le sucede a Werther, que manda señales de
sus intenciones suicidas que no son atendidas aparentemente por la
gente que lo rodea, la mayoría de los suicidas suelen llamar la
atención de la gente que está cerca de ellos como petición de
ayuda antes de quitarse la vida. Creo que deberíamos concienciarnos
para estar atentos ante este tipo de situaciones para intentar ayudar
a evitar un final fatal para las personas con depresiones severas, y
no tratarlos como “bichos raros” sino ser consecuentes en nuestra
actitud hacia ellos con el hecho de que se trata de pacientes de una
enfermedad.
No se puede dejar de hablar de la
enorme influencia que Werther ha ejercido en la literatura y en las
demás artes. Se han escrito finales felices alternativos a la obra,
como el de Frierich. También se han escrito versiones desde el punto
de vista de Carlota, como la realizada por Thomas Mann. Pero más que
la trama de la novela, fue el carácter su protagonista lo que
impregnó a una gran cantidad de personajes de la literatura
romántica que Werther prácticamente inaugura. En el Romanticismo
español personajes como don Álvaro del Duque de Rivas en teatro, o
el Doncel de Don Enrique el Doliente de Larra en narrativa, beben del
modelo que supuso Werther durante todo el siglo XIX. Él éxito de
esta obra sobrepasó lo artístico y se extendió a lo social: desde
lo populares que se volvieron los chalecos amarillos como el que
vestía Werther, a la ola de suicidios que recorrió Europa, o la
admiración que levantó en personajes capitales de la época como
Napoleón.
En cuanto a la pintura, Werther ha sido
ilustrado en numerosas ocasiones. Seguramente, el ilustrador que
mejor haya sabido plasmar el espíritu de la obra sea Chodowiecki.
Sin nombrarlo directamente, cuadro como El salto de las rocas de Veit
Schnorr también plasman la esencia del conflicto interior de
Werther.
En lo referente al cine, varios
directores se han embarcado en la dificultosa aventura de plasmar en
imágenes y diálogos una historia que en su versión original
consiste principalmente de reflexiones por parte de un
narrador-protagonista. Las películas en cuestión son las realizadas
por A.Calmettes, M. Ophülus, K. H. Schroth y Pilar Miró.
Por último, querría recalcar que la
mayor influencia de Werther en el arte no se ha plasmado en obras que
se basen en su trama, sino en el carácter su protagonista, que se
convirtió en el prototipo de héroe romántico.